MG



Desmoronaste mis planes de perfección fallida. Ahora no me queda más que correr. Y escribir en prosa, como no la hacía hace tiempo. Obviamente el vuelo razante se estrelló y solo me queda juntar los pedazos y huir al horizonte. Nada de superficialidades. Nada de manías. La realidad de carne y hueso. La piel. Los aromas. Los gestos. La última verdad para comprobar que la causa, valió las horas, los escritos, las ansiedades. Pero nunca que valió la pena. Porque penas, no hubo. Solo la de hoy, donde me faltabas para acomodarme a llorar. A llorar mis miedos.

Que sigue?

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